El acoso cibernético también incluye aquellas fotografías, mensajes o páginas colgadas en Internet que no se pueden desinstalar o dar de baja, incluso después haberlo solicitado. En otras palabras, todo aquello que se cuelgue en Internet con la intención de hacer daño a otra persona.
Debido al papel que desempeña la tecnología en nuestras vidas, no suele haber ningún lugar donde esconderse de los acosadores cibernéticos. El acoso en línea puede ocurrir en casa, en el centro de estudios o en cualquier otro lugar donde una persona se pueda conectar.
A veces, el acoso cibernético, como cualquier otro tipo de acoso, expone a al víctima a problemas importantes: el estrés provocado por vivir en un constante estado de alerta y miedo puede ocasionar problemas en el estado de ánimo, el nivel de energía, el sueño y el apetito. También puede hacer que la víctima se sienta inquieta, ansiosa y/o triste. Si una persona ya estaba deprimida o ansiosa antes del acoso, el hecho de sufrilo puede empeorar todavía más las cosas.
Si te están acosando, si alguien se está metiendo contigo utilizando comentarios hirientes o si conoces a alguien que está siendo objeto de este tipo de comportamiento, no hay ningún motivo para que sufras en silencio. De hecho, deberías informar a alguien sobre todos los SMS, mensajes de texto, correos electrónicos y similares de carácter ofensivo que recibas.
Contarselo a alguien. La mayoría de expertos coinciden en que lo primero que se debe hacer es contárselo a un adulto de confianza. Es algo que resulta más fácil de decir que de hacer. La gente acosada es posible que se sienta avergonzada o que tenga reticencias a informar sobre el acosador. Algunas personas dudan en este punto porque no están seguras al 100% sobre de quién se podría tratar. Pero este tipo de acoso se puede ir intensificando progresivamente, de modo que explica lo que te ocurre hasta que encuentres a alguien que te pueda ayudar.
La mayoría de los padres están tan preocupados por proteger a sus hijos que a veces se centran en adoptar medidas preventivas para frenar el acoso. Si alguien te está acosando y temes perder tus privilegios para utilizar el teléfono o conectarte a Internet, explica tus temores a tus padres. Coméntales lo importante que es para ti estar conectado y colabora con ellos hasta que encontréis una solución que no suponga ningún castigo para ti. También deberías negociar con ellos sobre el uso seguro del teléfono y del ordenador, ya que lo más importante es empezar por mantener el acoso bajo control.
Tomarte un respiro te ayudará a relativizar las cosas y a centrarte en lo bueno de la vida. También te dará algo más de tiempo para pensar cómo quieres llevar las cosas.
No caigas en la tentación de responder o de contraatacar. Si te alejas y te tomas un respiro no te dejarás llevar por la tentación de contraatacar y enzarzarte en una pelea virtual con el acosador o los acosadores. Responder cuando uno se siente ofendido puede empeorar todavía más las cosas. (Plantarle cara al acosador puede funcionar en algunas ocasiones, pero lo más probable es que el acosador se sienta provocado e intensifique el acoso). Si te tomas un respiro, ¡recuperarás de nuevo tu poder!
A ser posible, conserva las pruebas del acoso. Aunque no sea una buena idea responder al acosador, es conveniente guardar todos sus mensajes para poder demostrar los actos de acoso. No hace falta que conserves los correos electrónicos, los mensajes de texto u otros tipos de comunicados en un lugar donde los puedas ver contantemente. Se los puedes reenviar a uno de tus padres o bien guardarlos en una memoria USB.
Informa sobre el acoso al servidor de Internet. Algunos sitios de Internet, como Facebook y YouTube, se lo toman muy en serio cuando la gente utiliza sus servicios para colgar mensajes o contenidos crueles o despectivos o para crear cuentas falsas. Si un usuario informa sobre un uso incorrecto, como el acoso, el administrador puede bloquear al acosador, impidiéndole utilizar el servicio en el futuro. Si te están acosando mediante mensajes de móvil y/o de correo electrónico, te puedes quejar al servicio telefónico o al administrador del correo electrónico (como Gmail, Verizon, Comcast y Yahoo).
Bloquea al acosador. La mayoría de aparatos electrónicos e informáticos disponen de funciones que permiten bloquear electrónicamente al acosador o a los acosadores. Si no sabes cómo utilizar esta función, pregúntaselo a un amigo o a un adulto.
El acoso puede tener graves consecuencias, tanto para el acosador, como para la víctima del acoso y los testigos, entre quienes te incluyes. La maldad es como la contaminación, puede afectar a todos los presentes, que se pueden sentir estresados u ofendidos por lo que está ocurriendo. ¡Haz cuanto puedas para construir un ambiente libre de acosadores!
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